¿Crees que tus datos en equipos informáticos están seguros? ¿Sabes que un disco óptico como un cd o un dvd probablemente durarán menos que una cinta magnética? ¿Y que los discos duros no son eternos
y pueden darte desagradables sorpresas? Si piensas que todo lo digital
es para siempre, atento, este post te interesa y puede evitarte alguna
desagradable sorpresa.
DISCOS ÓPTICOS
En muchas empresas y hogares se guardaron durante años datos digitalizados en archivos contenidos en discos ópticos como cds y dvds. La única pega es que estos discos no son eternos.
De
entrada, el cd supuso un sorporte rígido mucho más resistente al uso y
paso del tiempo, además de contener mayor capacidad que el antiguo
cassete y disquete, lo que en el campo del sonido y comercialización
musical, por ejemplo, permitió publicar mayor calidad de sonido al gran
público. Además, al contratio que la vieja cinta, con cada uso no se
degrada.
Pero
¡ojo! Los discos ópticos también mueren. Después de una década de
almacenaje de cds y dvds en un archivo, muchos descubren que algunos de
los discos más antiguos sencillamante no se leen ya en los equipos... Y
ni qué decir si el disco tuvo trote y presenta desperfectos en una u otra cara, que pueden afectar decisivamente a la lectura.
DISCOS DUROS
Vale, entonces, todo para el disco duro, ¿no? Pues cuidado. Estos también mueren. Aparte de posibles problemas por sobrecarga eléctrica o errores lógicos,
más o menos solventables, el simple uso sostenido del disco, pongamos, a
diario durante una década, termina desgastando los principales
componentes mecánicos de su interior y no es nada infrecuente que
terminen KO. Reparar un disco duro es casi siempre posible, pero una
reparación, por ejemplo, de un brazo de lectura roto, puede llevar
muchos más ceros en la factura de lo que nunca imaginaste. Así que,
ojo. (En próximos post lanzaremos una trilogía sobre los principales problemas y soluciones para los discos duros averiados).
MEMORIAS FLASH
Pendrives, tarjetas, memorias internas de dispositivos móviles... Acostumbran a ser memorias flash
cuya comercialización se disparó en la última década y cuya vida útil
al paso del tiempo todavía estamos descubriendo con un uso doméstico
extendido.Pero tampoco es infrecuente que se terminen quemando y su reparación es ciertamente más dificultosa y en muchos casos, irreversible.
NUBE
Cada vez es más frecuente utilizar servicios de terceros a través de Internet para guardar datos, la "nube".
Poco a poco la capacidad de estos servicios aumenta, pero ¿es realmente
una solución? Un servidor puede caerse, sus discos de equipo sufrir
problemas (como todos los equipos) y siempre estaremos al arbitrio de
una gestión sobre la que no tenemos el control absoluto: Porque el
servicio no es exclusivamente nuestro. Por otro lado, sigue
presentándose el debate sobre la privacidad de los datos subidos.
¿Soluciones? No existe una clara y evidente. Variantes hay muchas. Las grandes empresas guardan sus datos más importantes en cintas magnéticas digitales,
que resisten, paradógicamente, mejor el paso del tiempo que los discos
ópticos. Sin embargo, algunos gobiernos, tras los casos de espionaje
digital masivo, están volviendo a archivar los datos más críticos ¡en papel mecanografiado!
A nivel doméstico, una buena opción sigue siendo de sentido común: La copia de seguridad. Se recomienda trabajar con un disco duro en condiciones y siempre tener otro como copia de seguridad.
Con el primero se trabaja de manera frecuente mientras el segundo se
conecta, por ejemplo, una vez al mes, solo el tiempo justo para, con un
programa de sincronización, manter actualizada una copia de clonación del primero. De esta forma, los datos están siempre en dos soportes rígidos diferentes, con un segundo disco duro que acumulará muchas menos horas de uso y por tanto desgaste y al que podrá acudirse en caso de sufrir una avería o pérdida irreversible en el primero.
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